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Courbure 58M
71 posts
7/24/2017 12:19 pm
#20 Irreversible


Había pasado un tiempo.

Recordaba con viveza el día que empezó con el extraño candado sujeto a su ombligo; y dos pies de cadenita.
Aún resonaba en su cabeza esa sorna: sesenta centímetros de cadena que colgaba molestamente sin poder evitarla. La solución vino con un clip, alrededor de su cintura. Fue un apaño que funcionó, pero le limitaba terriblemente el vestuario: su fina cintura debía quedar oculta.
Los días pasaron, y se acostumbró a vivir con la cadena, disimulándola de diversas formas. Incluso una noche se atrevió a recogerla e introducirla en su vagina: fue una experiencia muy excitante. Parecía un colgante largo que desaparecía bajo la cinturilla.
Las semanas volaron, y utilizó un pequeño y viejo pendiente para recogerla. Molestaba cada vez menos.
Las semanas se convirtieron en meses, y la cadena era parte de sí misma. Sin embargo, algo había cambiado.
Aquella llamada la sobresaltó, pero se tranquilizó y cumplió las instrucciones: estuvo perfectamente arreglada a las diez de la mañana, cuando Él apareció serio. Cogieron un taxi y llegaron a una calle gris. Bajaron y, tras pagar la carrera, Él la llevó de la mano a un oscuro local que parecía ser de tatuajes.
Les saludó con la cabeza una vieja mujer totalmente tatuada, y sin más preámbulos, los hizo entrar en una habitación que asemejaba a una consulta médica de mediados del siglo pasado.
Allí, Él le preguntóquot;¿De acuerdo?", y ella tartamudeóquot;Sí."
No recordaba bien qué sucedió, los recuerdos eran difusos.
Pero los hechos hablaban por sí mismos. Tuvo perforado el labio mayor derecho con una pieza de metal estéril para evitar el cierre de su carne.
Y volvieron a aquel local para encontrarse con la tatuada, quien le preguntóquot;¿Segura, mi niña?"
Ella le miró a Él, y volviendo la mirada a la vieja contestó temblando: "Sí."
Antes de desmayarse entrevió una llama de un pequeño soplete, o así lo creyó.
Cuando las brumas se disiparon vio una sonrisa en la cara de su Amo, lo cual la extrañó, pues no era habitual. Pronto fue reemplazada por la cara de la vieja mujer quien también le sonreía y le acarició la frente. La vieja le dijoquot;Eres especial. Lo he hecho a conciencia, no se cerrará jamás."
Habían pasado unos meses... Sí, la vieja lo hizo a conciencia: su labio mayor derecho estaba perforado y cauterizado para alojar holgadamente un anillo de oro sin juntura visible. Debido a la cicatrización masiva, jamás se cerraría ese ojo. "¡Maldita bruja!" se dijo.
-"Estoy marcada de por vida." Y, curiosamente para sí misma, no le molestó.
Y ahí estaba, sentada desnuda en la cama, jugueteando con el aro.
El ruido de la puerta al cerrarse la sacó de su ensimismamiento: era su Amo. Inmediatamente, se puso de pie, con las manos a los flancos y la mirada baja.
Él se acercó y se detuvo a pocos centímetros de ella. Podían sentirse las respiraciones.
- Te voy a quitar el candado de la cintura, dijo Él.
- ¡No, por favor! se le escapó a ella.
- ¿Porqué?
- Me sentiría abandonada, sola.
- Ahora llevas el anillo, el candado era temporal.
- Bien, mi Amo, obedeció ella.
Y se lo retiró. Habían sido unos meses muy intensos.
Ella se sobresaltó: le tiró fuertemente del anillo hacia abajo, eso la sacó de sus pensamientos.
- ¿Lo notas? Ésto es más duradero.
- Sí, mi Amo, creo que para siempre.
- Cierto, para siempre. Como habrás podido comprobar la vieja hizo un buen trabajo, irreversible.
- Sí, mi Amo, irreversible.
- Ahora estás claramente marcada por mí, eres mi posesión definitivamente, y no se puede ir marcha atrás: ¿lo entiendes en su amplitud?
- Sí, mi Amo. Si he llegado a este punto, es que lo he entendido en toda su amplitud.
Un fuerte azote en su culo la sorprendió, trastabilló y recuperó el equilibrio. ¿Habría tomado mal lo de amplitud o lo de irreversible?
- Ahora te mostraré la utilidad del anillo.
Sacó de un bolsillo un ovillo metálico, una cadena brillante, junto con otro candado idéntico al que portó, que unió al anillo y a un extremo de la cadena. Luego, desenvolvió el ovillo y al encontrar el otro final pasó el candado que le había retirado junto con un tirador falso de la cama barco. Ella pensó que jamás había visto las llaves que los abrían.
- Es viernes, hasta que termine el fin de semana estarás atada por tu anillo a la cama. Está medida la longitud: te permitirá deambular por todo el apartamento, baño y ducha incluídos, aunque no podrás cerrar del todo la mampara. Podrás atender a los repartidores de comida si quieres, pero no traspasarás el umbral de la puerta; tampoco te permitirá salir a la terraza, justo te dejará a la puerta. Y como estás desnuda ahora, te será complicado vestirte.
- Sí, mi Amo, repuso ella abrumada.
- Te dejo, has de acostumbrarte. Si tienes algún contratiempo, me llamas. Volveré pronto.
Y el ruido de la puerta la devolvió a la realidad.
Se sentó en el borde de la cama y dejó su mente en blanco.
Al cabo de un tiempo, que no podía definir si fueron minutos u horas, volvió a la realidad.
Se miró el anillo, y decidió moverse por el apartamento. Comprobó que no podía salir a la terraza, a lo sumo, asomarse; llegaba a la puerta de entrada sin problemas. También al baño, pero tuvo que esquivar la cadena para retroceder al inodoro; en la ducha, efectivamente, la mampara no cerraba del todo: "¡qué boba!" se dijo.
Se estaba aclimatando a la situación.
Estaba desnuda, podía usar lo que quisiera de cintura para arriba, pero, para abajo, nada, a no ser que se atara: ¡un pareo! Ni falda, ni pantalón, ni braga. Esa cadena la mantenía desnuda caderas abajo.
Aunque en varios momentos el anillo tiró fuertemente, no le dolió, el ollao de cicatriz lo amortiguaba. Sólo notaba el tirón difuminado en la piel del pubis.
Una idea le vino a la cabeza: el tirador estaba atornillado, y tenía un pequeño juego de destornilladores en un cajón; corrió cuidadosamente hacia él, lo abrió y descubrió algo que la perturbó.
El juego de destornilladores estaba sellado con una cinta de carrocero con la firma estampada de su Amo, lo que más la inquietó, una pequeña llave plateada unida. Cerró el cajón de golpe. "¿Por si no llega a tiempo? Lo ha pensado todo. Y ha registrado el apartamento si dejar rastro. O mi jaula, quizá.
No sabía qué pensar: aquella llave parecía casar con los candados. Había tenido un impulso que descubrió para sorpresa suya que la hacía sentir culpable. Decidió no tocar el cajón.
El día la sobrepasaba: se acostó desnuda. Tardó un rato en acomodar la cadena dentro de la cama.

Los primeros rayos del sol del sábado la sacaron de su modorra. Se levantó despacio, y se dirigió cuidadosamente a la cocina para preparar un desayuno, tenía miedo de que la cadena se enredara en algún lado. Desayunó desnuda, fue al baño y se duchó. Observó que no era del todo complicado, salvo por unas pequeñas salpicaduras que escaparon por la abertura de la mampara.
El sol lucía en todo su esplendor, y pensó en ponerse el bikini y tomar el sol: imposible, ni parte de abajo del bikini ni salir a la terraza. Se puso un kimono negro, se tumbó en la cama y encendió la televisión.
Estaba aburrida. Recordó algo, "los repartidores". Pediría la comida. Excitada, hizo el pedido por teléfono. Ahora venía el reto: cómo disimular su situación.
Se puso una camiseta de tiras muy ajustada y un pareo. "Mis tetas no le dejarán ver la cadena tensa que me retiene." Se rió quédamente; decidió que abriría la puerta completamente, y que pasase lo que tuviese que pasar.
ó el timbre. Abrió la puerta de par en par, el repartidor quedó hipnotizado por la tensa camiseta. Moviendo ostensiblemente las caderas, fue a coger el dinero que había dejado deliberadamente en la encimera. La cadena serpenteaba tras el pareo. Se encaró al repartidor y le pagó. Éste estaba alucinado, mirando el escote y, de reojo, la cadena. Cerró la puerta bruscamente y ahogó las carcajadas. Se sentía sumisa y poderosa a la vez.

La tarde pasaba lentamente.

Le hubiera gustado dar un paseo. No.
Ir de compras. No.
Bajar al bar de abajo. No
Tomar el sol. No.
Ponerse un tanga. No.
Follar. No. No tenía potestad para ello, aún sin cadena. Ni siquiera para masturbarse.

Observó atentamente el anillo; no le resultaba fácil a pesar de su elasticidad. Tenía inscrito un signo más, un tres, un cuatro, y nueve dígitos más: ¡el teléfono de su Amo!
¡Por si se perdía! Tras un enfado inicial, comprendió que era de su propiedad. Y sonrió.
Quiso comprobar la consistencia de la cicatriz, pero estaba bien medida la cadena: intentó andar hacia la terraza hasta que un tirón la detuvo por su pubis. Dolió, pero menos de lo que hubiera esperado. Antes se desgarraría la piel anexa que el ollao: "¡Maldita vieja! ¡Qué bien trabajó!"

Se desnudó y se acostó sin cuidar de la cadena.

Llegó el domingo.
Fue al baño.
Puso la radio.
Desayunó.
Se duchó.
Encendió la televisión.
Conectó su ordenador.
Echó de menos tomar el sol en la terraza.
Comprobó la cadena.
Miró su anillo.
Se abrió la puerta. ¡Era su Amo!

Se puso de pie con la cabeza baja.
- Hola, mi Amo.
- Hola. ¿Has aprendido algo estos días?
- Mucho, mi Amo, que soy tuya.
- Voy a soltarte, para que compruebes la diferencia entre estar encadenada y libre. A partir de esta tarde puedes salir libremente y disfrutar, pero será distinto pues llevarás el anillo. Pronto aprovecharé el anillo. Usa esta pequeña libertad: te la has ganado.

Y, tras liberarla, se marchó sin más.

Ella se quedó mirando la puerta. Se quedó inmóvil, desnuda. Cogió su anillo con los dedos y sus pensamientos se congelaron.

_anam___ 58F  
1068 posts
7/25/2017 7:07 am

Señor Courbure

Intenso, emocionante, parecido
Usted sabe algo, o mera coincidencia ... de cualquier manera, le diré
que la situación de la chica , ufff es placentera , es de la verdadera Libertad de una esclava, al sentirse propiedad y El Orgullo de servir, servir a su Amo y Señor, la esclavitud no es, como lo menciona la chica, follar , salir o que de vez en cuando, su Amo la use ,
La verdadera esclavitud es abandonarse a los deseos del Amo, y gozar con ellos, en la confianza, que ella deposito , aunque con inquietudes, que luego al pasar de las horas, fue descubriendo y reafirmando, que su Amo, pensó en todos los detalles , que ella podía decidir si se liberaba de ese candado , pero no lo hizo, el sentido de propiedad, la hacia mas fuerte cada vez.Saber que su Dueño, estaría orgulloso , de verla tal y como la dejo , era superior
La esclavitud , no es facil, pero cuando se entiende que ya no es una, que su voluntad la entrego libremente, no habrá ningún obstáculo, ningún limite, ni físico, ni mental que la haga retroceder, al contrario, ira aumentando su crecimiento, sus conocimientos y eso sera elevar su espiritu, en comunión perfecta con su Amo y Señor
Me a dejado impactada, su post Señor, Gracias, yo le había pedido respetuosamente , continuara en sus escritos, para así, que todos y todas, aprendamos un poco más de las facetas que nos dan libertad, siendo esclavas.

Besos , Señor

anam


Courbure 58M
61 posts
7/25/2017 1:14 pm

Estimada anam,

Gracias por tu aportación.
Me pediste que continuara y lo hice, de acuerdo con aquella conversación tan interesante que mantuvimos.

Sólo quisiera puntualizar que mi pequeña esclava está siendo iniciada; ésto, es algo lento de fraguar si quieres unos buenos cimientos.

Este capítulo te está dedicado: por tu amabilidad, tu comprensión, tu saber estar, y, por animarme a seguir: muchas gracias.

Espero que otros disfruten de esta entrega que, sin tu apoyo, no hubiera visto la luz.

Encantado de estar entre tus amigos,

Courbure.


_anam___ 58F  
1068 posts
7/26/2017 9:46 am

Señor Courbure
Gracias nuevamente. Me regocijo al saber de el adiestramiento a una esclava .ella verá la gloria . Ella le agradecerá eternamente cada límite que le ayude a pasar . Ella será tan feliz como lo soy yo , porque por voluntad propia así lo decidió. Su trabajo debe costar le. Lo se. No es fácil. Pero usted lo menciona. Si hay cimientos.bases firmes , esa esclava será suya para Siempre. Y el placer será infinito para ambos
A sido un placer y espero seguir leyendo post suyos. La gente mira .la gente a veces no puede expresar lo que siente , pero créame, igualmente para Ellis será de alegría leer .
Besos Señor y un abrazo fuerte con mucho respeto. El que siempre se a merecido.

anam


eren000 56F

7/27/2017 2:00 am

Mis respetos Señor. Una historia prrturbadora en muchisimos sentidos. Gracias por volver a escribir si alguna vez lo dejo.

nere (OP).


Courbure replies on 7/27/2017 10:50 am:
Gracias eren000,

Para escribir solo necesito saber que gusta lo que hago. Me animais a ello, aunque reconozco que debería escribir más a menudo.

Te agradecería que me explicaras como te resulta perturbadora, me sirve de feed-back.

Un saludo desde la Torre.

Courbure.

_anam___ 58F  
1068 posts
5/13/2018 2:17 pm

y cada vez que lo leo, repito..

Gracias por escribir Señor

anam



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